A 10 meses de haber lanzado la licitación, el Gobierno abrirá
hoy las ofertas de los dos consorcios que fueron precalificados para la obra
del nuevo sistema de
señalamiento y protección automática de trenes del ferrocarril Sarmiento.
La pelea por el proyecto tecnológico clave – que debió haber
estado operativo hace más de dos años y cuyo funcionamiento hubiera evitado las tragedia de
Once y Castelar – quedó
planteada entre el grupo Emepa-Alstom y el consorcio Roggio-Thales. En tanto,
la sociedad de Vossloh, Ansaldo, Rovella y Comsa fue descalificada por no
cumplir los requisitos técnicos.
Con varios meses de demora, la Administración de
Infraestructuras Ferroviarias (ADIF)–que depende del ministro de Interior y
Transporte, Aníbal Florencio Randazzo– efectuará
la apertura de las ofertas para
definir al ganador de la obra tiene una valuación oficial de $ 654 millones.
Lejos del entusiasmo inicial que habían mostrado el año pasado,
ahora los funcionarios califican a esta licitación como “problemática” por dos motivos salientes. En primer
lugar, porque las empresas locales que compiten por la obra (Emepa y Roggio)
son actualmente socias en la operación de la línea Sarmiento. Y en segundo
lugar, porque el pliego estableció un precio de referencia demasiado bajo que ahora sería superado por las
ofertas en juego.
En caso de que las propuestas económicas excedan el monto
oficial, la cartera de Randazzo pondría en marcha un “plan B” que viene
trabajando desde hace unas semanas. Consiste en priorizar la instalación de un “mecanismo de detección automática
de trenes” y relegar la
modernización integral del señalamiento. Para eso ya cuenta con una propuesta
de una compañía inglesa, otra de firmas locales y una oferta de la compañía
china CRSR. Cualquiera sea la opción elegida, la obra será adjudicada en forma directa.
POR ANTONIO ROSSI
Clarin
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